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EL PLACER DE COMER BIEN

ALIMENTOS PARA PREVENIR Y CURAR Este libro fue escrito para educar, motivar e inspirar a todos los que desean tener una vida saludable y están dispuestos a sustituir los hábitos nocivos, que destruyen la salud, por un estilo de vida que promueva el bienestar, la alegría y la vida abundante. Presenta orientaciones sencillas y específicas que, si se siguen, garantizarán una buena salud y, por consiguiente, una mejor calidad de vida. Contiene, también, más de doscientas recetas específicas para ayudar al restablecimiento de la salud en períodos de enfermedad. Este manual trata dos secretos para una buena alimentación: los nutrientes con los beneficios de cada uno de ellos y recetas básicas, a fin de disponer de una "carta saludable".
Autor: Leme de Vidal, Eunice
Tapa Dura - 27 x 20 cm. - 176 pp.
ESTRES!, COMO VIVIR CON EQUILIBRIO Y CONTROL

Este libro no está hecho para asustar, sino para dar salidas. Por eso, en cada capítulo se presenta estrategias e ideas que puedan permitir a las personas reorganizar sus vidas en aspectos específicos, con el fin de tener menos impacto por estrés. También, al final de cada tema se presenta un test con preguntas orientadoras, para determinar si estamos o no afectados por un estrés en particular, o para ayudar a los lectores a detectar áreas en las que es necesario hacer ajustes.Como el estrés es imposible de evitar, debemos aprender estrategias que nos permitan confrontarlo de una mejor manera. El que no aprenda a controlar el estrés, lo pagará con su salud y su tranqulidad, es decir, con infelicidad. Por este motivo, el propósito de este libro es exponer, de forma práctica, clara y amena, las más acreditadas técnicas para ayudarlo a enfrentar el estrés y a DISFRUTAR de un estilo de vida sano y satisfactorio.
El Dr. Miguel Angel Núñez ha enseñado en universidades de Chile, Argentina y Perú. Ha sido profesor visitante en México, Ecuador y Estados Unidos. Su fromación básica es en Teología, y además, en Filosofía y Educación. Posee una maestría en Teología, y un doctorado en Teología Sistemática. Durante años ha servido como orientador familiar y consejero matrimonial. Dedica buena parte de su tiempo a escribir. Hasta la fecha ha escrito 26 libros y numerosos artículos eruditos y de divulgación.
Autor: Núñez, Miguel Angel
Tapa Dura - 20 x 14 cm. - 175 pp.
AMOR SIN SECRETOS

¿Sabía que la dicha conyugal genuina para su matrimonio puede estar mucho más cerca de lo que jamás soñó? Los expertos en relaciones familiares aseguran -después de estudiar el tema extensamente- que lo importante no es CON QUIEN TE CASAS, sino cómo manejas los conflictos que inevitablemente surgen en la vida marital.
AMOR SIN SECRETOS es una obra que destaca el carácter esencial de la comunicación positiva entre esposos. Además, es un verdadero manual práctico de vida marital. Trata con criterio responsable y franco los aspectos más íntimos de la relación conyugal. Presenta igualmente los temas generales en forma interesante, amena y fácil de comprender.
Los esposos y las esposas que lean objetivamente las páginas de esta obra, enriquecerán su matrimonio y comenzará para ellos, su tránsito por el emocionante camino de la dicha conyugal.Este valioso libro ha sido escrito por una prestigiosa terapeuta familiar: Nancy Van Pelt, quen ha dedicado toda su vida al tema de la familia. La autora trata de demostrar paso a paso el camino de una vida exitosa en pareja.Nancy Van Pelt, es una reconocida autora en temas de vida familiar. Ha dictado más de 1000 cursos sobre relaciones familiares en diversas partes del mundo. Los 22 libros que ha escrito en su especialidad se han publicado en más de 20 idiomas y han tenido una amplia circulación.
COMO FORMAR HIJOS VENCEDORES

La formación del carácter y la personalidad.Uno de los mayores anhelos de los padres es tener hijos e hijas capaces de vencer en la vida, en todos los ámbitos que la constituyen: profesional, económico, social, cultural y espiritual. Es un deseo encomiable, justo y necesario.
¿Cómo pueden los padres convertir este singular y escurridizo anhelo en una hermosa y satisfactoria realidad? Esta responsabilidad no se realiza automáticamente con el transcurso del tiempo. Los hijos y las hijas dejados a su propio arbitrio no se convierten repentinamente en personas que reciben una corona de laurel o una medalla de oro cuando sean mayores de edad.
El proceso de dotar a los hijos con los recursos físicos, psicológicos, profesionales y espirituales es prolongado. Además, requiere información y conocimientos especiales y difíciles de obtener. Por eso, muchos padres responsables y deseosos de ayudar a sus hijos no pueden satisfacer su justo anhelo de verlos progresar hasta alcanzar el éxito en sus vidas.La autora brinda los conocimientos indispensables para facilitar la responsabilidad de los padres, que consiste en dotar a sus hijos con un carácter y una personalidad sólidos y eficientes, y una formación y educación para que cumplan una tarea digna y provechosa en la sociedad.Una de las tareas más difíciles de la vida es tomar una criatura indefensa y criarla de forma tal que se convierta en una persona de bien. Esta obra orienta sobre los métodos con los que cuentan los padres para formar el carácter de los hijos, para aprender y aplicar con facilidad la disciplina eficaz y comunicarse con ellos.
Autor: Van Pelt, Nancy
Tapa Flexible - 27 x 20 cm. - 160 pp.
Las ventajas de entretenerse en la actividad sexual antes de ir a casarse son que los novios llegan a la boda más relajados y salen mejor en las fotos porque las sonrisas son más naturales.
Además en el caso de que la relación sexual no sea con el respectivo novio/novia por lo menos no han jurado todavía ser fieles durante toda la vida.
Sin embargo hay también algunas desventajas en practicar sexo antes de la ceremonia.
En primer lugar tenemos el riesgo de llegar tarde a la iglesia (o al ayuntamiento).
Además las mujeres pueden estropearse el traje de novia, el maquillaje o el peinado y, por otro lado, los hombres corren el riesgo de quedarse dormidos durante la misa que no es de buen agüero para el matrimonio…
Por Federica Baglio
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VENTAJAS Y DESVENTAJAS DEL SEXO PREMATRIMONIAL
Resultados del sondeo realizado por nuestra revista el pasado Mayo
Concluimos aquí el sondeo de opinión que lanzamos el mes pasado desde las páginas de nuestra revista sobre el cambio de costumbres en tema de “sexo prematrimonial” en nuestro país.
Lo que queda claro es que la ortodoxia sexual impuesta por la religión a lo largo de los siglos ya no es un asunto tan determinante por lo que concierne a las decisiones de las parejas de hoy en día. La mayor parte de la respuestas nos indica una manera de vivir la sexualidad como una función básica del ser humano, algo natural e inherente a él, que debe ser disfrutado sin temor ni sentimientos de culpabilidad. Sin embargo, aun cuando el sexo prematrimonial es cada vez más aceptado, las parejas requieren de algún tipo de declaración de amor para poderse sentir moralmente cómodos y mantener relaciones sexuales.
Por otra parte hay algunos que prefieren esperar y hacen una lista de motivos que van sosteniendo dicha decisión. En primer lugar, algunos plantean razones religiosas para esperar, “Dios claramente dice que esperemos...”, otros describen el sexo prematrimonial como una experiencia egoísta y de gratificación propia y se basan en el asunto de que esta no es la clave para el amor sino que el amor es la clave para el sexo. Hay algunos que prefieren esperar porque muy frecuentemente el sexo prematrimonial ocurre en un contexto de ausencia de un compromiso total y permanente que puede traer inseguridad a la relación. “La razón por la que el sexo es tan malo fuera del matrimonio es porque es tan bueno dentro del matrimonio”.
Concluyendo, este tema - un tabú hasta hace poco - solicitó muchas intervenciones por nuestros lectores y puse en marcha un debate que podéis seguir leyendo en nuestra página de internet.
Por Martina Martini
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“Ventajas y desventajas del sexo prematrimonial”
Después de la revolución sexual de los años sesenta, las relaciones sexuales fuera del matrimonio han perdido el aspecto prohibido que tenían antes y hoy en día es normal que los jóvenes tengan experiencias sexuales antes de casarse.
Sin embargo, después de las recientes declaraciones del Papa, que ha condenado el sexo prematrimonial, se vuelve a discutir sobre este tema.
Lo de considerar la sexualidad como aspecto natural de la vida es tan normal en nuestra sociedad que las ventajas del sexo “sin bodas” parecen muy claras.
El sexo es una forma de expresión del ser humano que no puede ser limitada por reglas “administrativas”. Está claro que para una joven pareja, casada o no casada, el amor sexual es una parte natural de la relación. También fuera de una vida de pareja estable, el sexo es una forma de comunicación que es parte de la vida de cada hombre y mujer.
Además, considerando que la edad de las bodas aumenta y que no todo el mundo se casa, la idea de impedir el sexo antes del matrimonio parece un límite subreal que excluiría de la vida sexual a la mayoría de la población.
También, como demás las cosas, la sexualidad madura mientras la persona crece. Así, de impedirse el sexo durante años puede llevar a dificultades en la vida sexual adulta.
Entonces, parece que la idea de evitar el sexo antes del matrimonio es una posición que no refleja lo complejo de la sociedad moderna.
Por otro lado, es verdad que en nuestra sociedad se ha producido una banalización del sexo que causa consecuencias graves sobre todo para los adolescentes.
También, las relaciones simplemente sexuales entre adultos (por ejemplo, las “amistades sexuales”) a veces llevan consigo más complicaciones que aspectos positivos.
Así, esperar las bodas para tener relaciones sexuales significa devolver importancia a la experiencia sexual, considerando el sexo como una forma de intimidad que solo se comparte con la persona con la que se desea vivir su vida.
Para acabar, parece que – más que un límite ideal – lo que importa es que la sexualidad sea vivida por los jóvenes, que estén o no casados, como cualquier otra experiencia humana, de una manera libre, respetuosa de sí mismos y de los otros, y sobre todo alegre.
La vida es bastante difícil en sí misma: no hace falta complicarla con demasiados límites.
Por Evelina Russo
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Ventajas y ventajas del sexo prematrimonial
Comencemos aclarando que, puesto que nunca me he casado, el sexo prematrimonial es la única forma de sexo que por ahora conozco; por ello no podría hacer por el momento una verdadera comparación empírica entre las dimensiones sexuales prematrimonial y matrimonial.
De todas formas, si tuviera que dar mi opinión sobre el asunto, empezaría reivindicando el hecho de que, desde una perspectiva puramente teórica, matrimonio y sexo no tienen prácticamente nada que ver entre sí. Este es el punto en el que, si yo fuera un hombre de ciencia, digamos un físico o un matemático, recurriría a silogismos o a una serie de procedimientos lógicos que evidenciasen la existencia de matrimonio sin sexo y de sexo sin matrimonio.
Además, si perteneciera a una de las escuelas algo menos científicas (según mi propia concepción de “ciencia”) como las de estadística, podría proporcionar grandes cifras para satisfacer a los curiosos, algo así como: “en las últimas dos horas tuvieron lugar 45 millones de orgasmos, el 19,46% de los cuales entre parejas casadas, el 12,78% entre parejas que querrían casarse pero no pueden por ser discriminadas a causa de su homosexualidad, el 9,04% entre desconocidos, el 35,12% como resultado de una masturbación y, los restantes, entre parejas no casadas... El 46% de los orgasmos femeninos fueron fingidos...”... Como estadístico habría llegado, pues, a la misma conclusión, es decir: que sólo en algunos casos matrimonio y sexo coinciden.
Entonces, ¿existen acaso ventajas en el sexo prematrimonial? Sin pretender resultar brusco, es algo que me parece más que evidente. En primer lugar, no es necesario casarse para practicar sexo prematrimonial y, esto, perdónenme, pero ya constituye una buena ventaja.
Intenten pensar en lo mucho que cuesta casarse: vestidos, invitados, fiesta y todo lo demás... Antes de que todo ello se acabe, las ganas de (de nuevo discúlpenme por hablarles de un modo tan directo) desnudarse y de mantener una sana relación sexual habrán desaparecido por completo.
Sin embargo, eso no es todo. Para poder disfrutar plenamente del sexo, sería mejor ni plantearse esa cosa del “prematrimonial”, sino que más bien habría que concentrarse sólo en lo que se está haciendo. Esto vale sobre todo para aquellos hombres que suelen sufrir tanto después del orgasmo. Hablo de esos momentos, saben ustedes, en los que el hombre se queda asombrado pensando: “Madre mía de mi vida, qué c**o he hecho, ahora me tocará casarme con esta tía... Es una pesada, no hay quien la aguante... Hombre, hay que decir que tiene un c*** estupendo, pero qué tortura ir de compras con ella todos los días... ¡Pobre de mí!...”.
En fin, no considerándome un hombre de ciencia sino un humanista, propondría, para mejorar las condiciones de vida de nuestra civilización, una reforma cultural que separe definitivamente las esferas semánticas sexual y matrimonial, de modo que cada una siga su camino sin interferencias. En resumen, creo que significa la libertad de casarse o de no hacerlo, y la libertad de tener sexo o de no tenerlo; la humanidad tiene que dar muchos pasos adelante para que ambas condiciones se vean finalmente satisfechas.
Odalis Rojas 21.Febrero.07
Cuándo me preguntan ¿qué es clima laboral?, la mejor metáfora que consigo para explicarlo es relacionarlo con el sentimiento o estado de animo; esta es una buena manera de describirlo porque así como no podemos decretar la felicidad de las personas que nos rodean, tampoco podemos decretar o simplemente bajar “la línea” de que nuestros colaboradores (a partir de determinado momento) estén felices, motivados al logro y comprometidos con la organización, porque el Clima Laboral es producto de las percepciones y estas percepciones están matizadas por las actividades, interacciones y experiencias de cada uno de los miembros.
Si entendemos que la organización son las personas que están en ella, se nos empieza a poner interesante el tema, pues cada persona constituye un micro mundo, que forma el gran todo que es la empresa.
El Clima, junto con las estructuras, las características organizacionales y los individuos que la componen forman un sistema interdependiente altamente dinámico que tiene un impacto directo en los resultados de la organización.
El clima Organizacional determina la forma en que un individuo percibe su trabajo, su desempeño, productividad y satisfacción. Los modelos de estudio de clima de las organizaciones nos plantean que existe una relación entre clima organizacional y productividad de la organización.
Investigaciones mostradas en el libro de Daniel Goleman “El Líder Resonante crea más”, señalan: “…el impacto del clima emocional sobre el rendimiento es de un 20% a un 30%”; es por ello que las empresas clase mundial, buscan constantemente identificar oportunidades de mejoras y puntos fuertes, basándose en este tipo de estudios para cerrar las brechas de satisfacción entre la organización y su gente".
Siempre recuerdo que uno de mis mejores clientes, estaba preocupado por el mal clima que tenía en su empresa, el cual ya tenía un impacto negativo en la rentabilidad del negocio, las personas mostraban una apatía y conformismo generalizado, por lo que decidió “decretar” una serie de acciones que (bajo sus propias percepciones de las necesidades) eran las más adecuadas para hacer felices a su personal.
“Hacer planes sin el diagnóstico adecuado es como iniciar un tratamiento médico sin contar con los exámenes de laboratorio...”
Como esta persona era un adulto contemporáneo (37 años), con una familia joven que demandaba atención y tiempo de calidad, decidió que la gente para ser feliz necesitaba que la organización le proveyera tiempo y actividades que le permitieran compartir más con sus respectivas familias, así que por la vía del decreto bajó la línea de apoyar económicamente a los padres que tenían hijos en escuelas privadas a través de un sistema de becas, evaluar la construcción de una guardería infantil cercana al trabajo, otorgar permisos especiales para las madres que estaban amamantando, conseguir descuentos extras en tiendas infantiles, cancelar el comité de gerentes de los viernes en la tarde, para que todos pudieran irse temprano a casa, dejó de llamar a la gente los fines de semana y una gran lista de etc., el resultado la gente continuaba muy desmotivada, dos de sus más brillantes colaboradores renunciaron, el resto estaba confundido y mi cliente simplemente frustrado. En ese momento me consultó y recomendé hacer un estudio de clima organizacional.
A partir del estudio, descubrimos que el 84% de su población era jóvenes solteros, cuyas expectativas no eran precisamente llegar temprano a casa para compartir con la familia. Querían apoyo, pero no para la escuela de los hijos que aún no tenían, sino para cubrir sus propios estudios universitarios y otras cosas “más adecuadas” para este target de colaboradores, tales como financiamiento de vehículos, descuentos en viajes, librerías especializadas, computadoras y otros aparatos electrónicos, entre otros.
El gran aprendizaje fue: Hacer planes sin el diagnóstico adecuado es como iniciar un tratamiento médico sin contar con los exámenes de laboratorio, tal vez acertemos y resolvamos el problema, pero existe el gran riesgo de invertir una gran cantidad de tiempo y recursos sin lograr ningún resultado, incluso, los efectos de este tratamiento no acorde a la necesidad pueden llegar a ser contraproducentes. Por el contrario, un diagnóstico adecuado de clima laboral permite no sólo contar con la fotografía o temperatura del estado de ánimo de la empresa, además proporciona el conocimiento (este es su mayor aporte) acerca de qué factores lo están afectando y a los diversos tipos de empleados, de forma tal que se puedan establecer planes de acción concretos, sostenidos y de verdadero impacto para el mejoramiento del clima
Al conocer con certidumbre los aspectos que se deben mejorar en el corto y mediano plazo, las fortalezas con que cuentan sus equipos naturales de trabajo así como también las áreas de oportunidad que se le presentan la organización, sus líderes y sus empleados puede emprender acciones concretas orientadas a mejorar su clima organizacional.
Los líderes juegan un papel clave en el éxito del negocio, debido a que no sólo son responsables de marcar el rumbo, sino también de la rentabilidad y de asegurar las condiciones para un buen clima en la empresa. Muchas veces a pesar de que la organización ofrece excelentes beneficios tanto en lo económico, como en lo social, la gente acaba desvinculándose por una mala relación con sus líderes. Estudios demuestran que la gente tiende a comprometerse más con los líderes que con la empresa; es por ello que uno de las principales dimensiones evaluadas en un estudio de clima organizacional, debe ser el liderazgo.
Conclusiones
Finalmente, y como una reflexión siempre les digo a mis clientes que “información sin acción es letra muerta”, si conocemos qué factores están afectando el clima, pero no hacemos nada, el esfuerzo se quedará en un bonito y costoso informe en la oficina de algún ejecutivo. Obtener resultados sobre la percepción del Clima Organizacional no garantiza el mejoramiento en el desempeño de la Organización, para ello es necesario generar planes de acción que permitan subsanar, oportunamente, las áreas de atención.
Un espacio para la valoración profesional realizado con modalidad gestáltica
Siguiendo a Maslow , defino a la autoestima como una necesidad fundamental que permite a las personas lograr su desarrollo y superación.
En la última década la misma ha cobrado mayor vigencia por los cambios operados en nuestra realidad profesional, social y económica.
En este período nos enfrentamos con políticas globales , con las consiguientes competencias que se desencadenan a partir de esto.
Surgen requerimientos de mayor capacitación profesional y necesidades de más agudeza y creatividad para generar nuevos proyectos laborales.
Las políticas sociales que en otras décadas estaban ampliamente bajo la responsabilidad de los estados están en muchos casos delegadas a organizaciones no gubernamentales, quienes en forma voluntaria, tienen que cubrir las necesidades sociales que surgen de la población.
De pronto muchos trabajadores sociales comienzan a ver reducida la posibilidad de su ejercicio profesional al cerrarse muchos espacios de trabajo y no abrirse otros nuevos.
Siendo la profesión del trabajo social de continuo replanteo hoy atraviesa otro momento de cambio.
La situación de los jóvenes que egresan de los terciarios y de las universidades es poco promisoria para ellos. Cuando nos consultan en espacios de supervisión, nos expresan su dificultad en la inserción laboral. Los que logran incluirse se sienten en ocasiones frustrados, su labor pasa a ser en muchos casos meramente administrativa o de control de servicios, como es el caso de muchos de los que trabajan en algunas obras sociales.
En el contexto de tantas modificaciones estructurales se impone una nueva visión tanto para los profesionales que llevamos años ejerciendo como para las nuevas generaciones de trabajadores sociales que hoy comienzan.
Para lograr modificar estás cuestiones vividas día a día se requiere en primer lugar que aceptemos que” esto es lo que es”, esta es nuestra realidad profesional “Sólo aceptando lo que somos podremos cambiar” nos dice Arnold Beisser en su Teoría Paradójica del Cambio(1).
NUESTRA IDENTIDAD
Quienes somos los trabajadores sociales? Cuales son nuestras incumbencias profesionales?
Son preguntas que respondemos a diario explicando nuestras áreas de trabajo , las funciones y la modalidad del mismo.
“El trabajo social es un proceso de acompañamiento promocional y educativo. Dicho proceso es realizado por un profesional, el trabajador social, quien al establecer el contacto con la persona o el grupo humano que le solicita la orientación da comienzo al proceso”. (2)
Al hablar de proceso lo entendemos como un conjunto de fases sucesivas, que inician una acción, que parte de presente, del aquí y ahora, para intentar que la persona se promueva y se proyecte.
Entendemos que enseñar no es solo trasmitir conocimientos sino que es la posibilidad de mostrar lo que “es posible. “Aprender es descubrir que algo es posible”, nos dice Fritz Perl(3).
Nuestra intervención se orienta a que la persona registre sus capacidades, sus recursos vea las posibilidades que tiene delante de sí, que descubra lo obvio, lo que es evidente, para que luego tome en cuenta los recursos que la comunidad le brinda.
Nuestra tarea se orienta a que las personas adquieran una mayor conciencia de sí mismos, descubran sus valores, reconozcan su potencial.
Con una visión humanista de respeto por la persona, los promovemos para que se integren y participen en socialmente, los acompañamos para que logren relacionarse de un modo más saludable en sus familias , en sus relaciones laborales, con sus amigos, sus vecinos, en pos de su autorrealización y bienestar, para que puedan elevar su calidad de vida.
La Federación Internacional de Trabajadores Sociales define como incumbencias profesionales las intervenciones relacionadas al trabajo social de casos, de grupos, la pedagogía social y el tratamiento y terapia familiar. También se extiende a la dirección de organismos, la organización comunitaria y el compromiso con la acción social, que influya en las políticas sociales y el desarrollo económico.
Algunos autores definen el tratamiento social como socioterapia.(4)
Si estamos acostumbrados a asesorar y orientar a las personas, si fomentamos el contacto con su propia valoración y con el desarrollo de su potencial, también podemos hacerlo con nosotros mismos como profesionales y trabajar nuestra propia autoestima profesional.
Afortunadamente están surgiendo nuevos modos de comunicarnos e interrelacionar con otros colegas que nos permiten compartir experiencias y metodologías de los distintos países. Estas son un soporte profesional muy importante que nos da confianza y nos fortalece.
Los foros y los sitios de Internet relacionados con el trabajo social, como el sitio de la colega española Trini “Mi Sitio de Trabajo Social”, las revistas de Trabajo Social, las páginas web de las Universidades de Costa Rica, de Venezuela entre otras, las nuevas bibliografías, son un estímulo para todos nosotros y una posibilidad de enriquecimiento, de profundización de la tarea.
Mi propuesta de realizar talleres de autoestima profesional para trabajadores sociales se suma como aporte a los anteriores.
Estos encuentros grupales que he venido desarrollando en los últimos años en la Argentina son realizados con modalidad gestáltica, consisten en un espacio de taller reflexivo- vivencial . En los mismos a través de las experiencias que les propongo a los participantes, los mismos tienen la posibilidad del descubrir sus necesidades profesionales y reflexionan para ver de que modo logran o no satisfacerlas. Se realizan trabajos que puedan servirles de soporte en la tarea cotidiana para que se “ den cuenta” y rescaten sus capacidades y logros profesionales.
La actividad también se orienta a promover un desarrollo más eficiente de la tarea, a prevenir el desgaste profesional, conocido como Burn Out .
Al realizar las actividades en forma grupal los colegas pueden descubrir el modo que tienen de vincularse con otros, como se comunican, que obstáculos encuentran en las tareas compartidas.
De este modo los encuentros grupales y las relaciones con otros profesionales pueden flexibilizarse, se humanizan y se enriquece la participación en equipos interdisciplinarios .
En ocasiones hasta se evitan los conflictos que muchas veces se originan en los mismos por malos entendidos o problemas en la comunicación o desconocimiento de la tarea profesional de cada uno. En otros casos al presentarse los problemas los mismos se superan de un modo más saludable.
Los talleres los he realizado en diferentes organismos, Consejo Profesional, equipos de trabajadores sociales , distintas ONG.
Durante los mismos los participantes me han expresado algunas de sus necesidades profesionales, han registrado la importancia de contar con estos espacios de pertenencia. Se han dado cuenta de la necesidad de seguir formándose, de profundizar nuevos contenidos, de trabajar los temas relacionados al rol profesional.
Expresan su necesitad de descubrir que les sucede al sostener y al acompañar a otros, quieren compartir experiencias de otros colegas y nuevos modos de abordaje.
En otros grupos ha surgido la inquietud de relacionarse generando redes de apoyo y sostén cuando desarrollan sus actividades en espacios de consulta y formación independien.
Comentan que Intercambiar sus respectivas experiencias y comunicarse sus áreas de abordaje y tratamiento les resulta altamente fortalecedor y soportativo.
Entiendo que para lograr la valoración de la profesión en lo personal y en el conjunto del colegiado es necesario continuar con éste camino que he emprendido. Por eso propongo a mis colegas de los distintos países que generen estos espacios grupales de autoestima profesional, para que de este modo a partir de aceptar nuestra realidad profesional, comencemos el primer paso hacia el cambio que anhelamos. Luego sería enriquecedor compartir las experiencias y las realidades para observar similitudes y diferencias.
Sólo estimándonos como profesionales, valorando nuestra profesión , primero nosotros, lograremos ser estimados por el entorno profesional y social.
Es fundamental que nos hagamos cargo de los cambios que queremos generar, que tomemos en cuenta los recursos que cada uno descubra que posee para que luego despliegue la creatividad necesaria que logre transformar la carencia en potencia.
La evolución , los avances, hacen que se nos presenten muchas veces dificultades y obstáculos que se hacen claros en el desempeño cotidiano.
El surgimiento de nuevos contenidos y metodologías junto al compromiso que cada uno de nosotros asume día a día representan una esperanza para que se produzca el reconocimiento social de nuestra profesión.
F. Ortega Bevia
La agresividad y la violencia en el joven son un gravísimo problema. Un problema que tiene distintas dimensiones y se despliega en distintos ámbitos para la sociedad, para la comunidad, para las instituciones, para la familia, incluso especialmente para el propio joven.
En este trabajo he decidido centrarme particularmente en uno de estos escenarios, el de la familia. Me ocuparé de la dimensión familiar del problema por cuanto el compromiso que las relaciones del adolescente con su familia tienen en la génesis y en la configuración del mismo, como más allá de esta cuestión, me ocuparé de la familia cuando ella misma es el objeto al que se dirigen la violencia y la crueldad de algunos adolescentes. En esta última perspectiva, estaremos en un problema que puede trascender, y lo hace, a la consideración de crisis de rebeldía, o de mal comportamiento, o de agresividad, de un joven en su casa, para dibujarse como un Drama Familiar. Un drama que en ocasiones se desliza en una dirección sin retorno hacia un inevitable destino, hacia la fatalidad y la tragedia, una narrativa en la que se hacen presentes, en la que en el centro de la escena esta el discurso de la locura y la muerte. La destrucción, la brutalidad se hacen esencia del sentido de la vida de los miembros de la familia que quedan atrapados en este drama. En esta situación Ivan Karamazov, se preguntará de modo retórico en el intento de justificar los hechos: ¿quién no ha deseado matar a su padre?
Trataremos de encuadrar previamente el contexto en el que se enmarca la crisis del joven y el desenvolvimiento de la violencia.
Vaya por delante una consideración respecto de la cronología y de la dimensión epigenética de los hechos y de las crisis. La psicología viene postulando esta crisis en relación con la adolescencia. Se afirma que la adolescencia es una época de la vida en las que los jóvenes tienen que afrontar profundas dificultades emocionales y relacionales. Un periodo de la vida en el que el comportamiento inadecuado, rebelde, contradictorio, oposicionista, proclive a la confrontación y a los ademanes agresivos son pauta de la normalidad. El adolescente es alocado, excéntrico, impaciente, disconforme. Pero solo un pequeño porcentaje de ellos está enfermo, muy pocos de ellos presentan dificultades cuya gravedad exige la consideración de hacer necesaria una intervención terapéutica.
Tendemos a considerar, a la adolescencia, como uno de los momentos críticos de la vida. Desde su propia perspectiva, en el discurso de su intimidad, el adolescente, "se busca a sí mismo", trata de reconocerse y definirse. Trata de aceptarse, de reconocer y hacer suyo lo propio, su cuerpo, su entorno, sus circunstancias, como diría Ortega y Gasset. Pero también al otro, la otredad es la esencia de la construcción de sí mismo. El otro es a la vez el vehículo del reconocimiento de una parte importante de la mismidad y a la vez una amenaza a la afirmación de uno mismo y de la autoestima. Es por esta vía, por la que el otro (en la proximidad o en la familia) se hace destinatario de impulsos cuya finalidad es la de la autoafirmación, la autonomía, el reconocimiento de nuestra identidad y de nuestra autoafirmación. Este discurso de diferenciación progresiva y de afirmación, es responsable de los comportamientos excesivamente firmes e inflexibles, de la rebeldía, de la agresividad e incluso de la violencia de los jóvenes.
El otro, en tanto que próximo y partícipe del destino de éste, comprometido con este discurso. El otro en tanto que parte de la trama de lazos que soportan el sentido de la pertenencia, los que están en el rubro del "nosotros", más intensamente implicados que el "próximo", y que están sujetos a las interacciones y al diálogo en las que se hacen presentes en las crisis del joven la agresividad y la violencia.
Hemos sostenido en diferentes publicaciones sobre las distintas crisis del ciclo vital, que las crisis en el curso de la vida cuando las consideramos desde el punto de vista de la intimidad de la persona, que las vive frente a sí mismo y frente al mundo. Y que se caracterizan por la doble conjunción del proceso de "hacerse cargo" de sí mismo y de decidirse por un "sentido" y una "forma de vida". Proceso que Goldstein vincula a la autorrealización, que para Spranger esta ligado a los valores, para Schopenhauer al esfuerzo por mantener la existencia, para Heidegger y Sartres con la existencia y la confrontación con la nada.
Cuando las crisis de la vida las consideramos desde la perspectiva de la interdependencia interpersonal que caracteriza a las relaciones en el medio que define al sentimiento de pertenencia, esto es, en las relaciones familiares, éstas vienen a definir una situación en la que los miembros de la familia se ven implicados con el sujeto en un proceso de cambio de las relaciones mutuas. Se ven en un compromiso que tiene que ver con el cambio de las reglas y de los acuerdos con los que rigen sus relaciones.
En el contexto de la crisis los miembros de la familia se ven obligados a establecer cambios en la posición que sostienen dentro de la misma, en la alineación que tienen en relación con los agrupamientos de los otros miembros con relación a determinadas cuestiones o con la participación en las funciones ejecutivas, en las atribuciones que tiene su emplazamiento y en los modos de relacionarse. A la altura de la crisis de la adolescencia, los otros de la familia es posible que no puedan seguir manteniendo los términos de equidad con el joven que éste requiere en la empresa de alcanzar la autosuficiencia, y afirmar su identidad y su autonomía. Las figuras parentales es inevitable que tengan que negociar con el joven el margen de las alternativas de decisión que pasan a ser competencia del joven. Es necesario que tengan que definir los límites que caracterizan a la pertenencia y los que definen el estilo y los márgenes de negociación de acuerdos y de establecimiento de nuevas reglas.
Así el joven puede negociar sobre su cuerpo, su apariencia, su estilo de vida, etc. Así se enseñorea sobre lo que constituye el capitulo de "lo mío". Puede negociar sobre su participación en los ritos familiares (comidas, actividades comunes, celebraciones…). El joven puede negociar todas estas cuestiones pero manteniendo y consolidando, a la vez, los elementos de carácter que definen la forma y el estilo de vida de su familia, tanto de lo recibido a través de la transmisión transgeneracional como de lo establecido por la experiencia común.
El concepto de crisis, desde un punto de vista ideológico, hace referencia a un momento difícil, grave o decisorio en el curso de algo o en las relaciones con otras personas. Cuando en el seno de una familia las circunstancias, o las demandas de alguno de sus miembros (en el caso particular que estamos considerando, uno de los hijos) producen una tensión que no puede resolverse con los recursos habituales de la misma, se configura una crisis que representa la necesidad de introducir cambios en la sistemática de las relaciones de los miembros de la familia. Así particularmente se ven implicados el posicionamiento y las reglas de relación que afectan a la vinculación del adolescente con ésta.
Las crisis que afectan a las personas a lo largo de la vida, particularmente la crisis de la juventud, son un hecho natural. La consideración de la dimensión del tiempo es particularmente, cuando nos referimos a los organismos vivos, especialmente el hombre, son una consideración de la realidad del curso de la vida, del desarrollo, de la progresiva diferenciación de la persona, de su compromiso ineludible con el destino. El pequeño de los Pérez es identificable fundamentalmente por su pertenencia a la familia Pérez, esta idiosincrasia le diferencia poco de otros pequeños. Pero a medida que cursa la vida hay un momento en que José es tan solo por referencia un Pérez, su idiosincrasia le distingue de sus pares. De no ser así habrá sucumbido a los peligros de la crisis y habrá caído en una de las dos alternativas que le amenazan, se habrá ajenado, haciéndose indistinguible del estereotipo de cierta masa de adolescentes; o, por el contrario, se habrá dejado absorber y simbiotizar en el magma familiar quedando indiferenciado.
El la crisis juvenil se plantea la necesidad y la tensión por llegar a ser "uno mismo", parafraseando a Ibsen, queremos resaltar que el derecho a llamarse persona hay que ganárselo. El joven no alcanzará el logro de su identidad y de su autonomía sin esfuerzo y sin sufrimiento.
Es este sentido de consideración de la vida, el que nos lleva desde la teoría de sistemas a una posición metasistémica, que nos gusta definir como esencialista. Nos gusta considerar el curso de la vida, el proceso de diferenciación y las crisis que concurren en este proceso produciendo cambios, como "las cosas de la naturaleza". Frente a los eventos de la vida está la "naturaleza de las cosas" cuya virtud es preservar la integridad, mantener la identidad, sostener la pertenencia. Así en el dialogo entre la necesidad y el requerimiento de cambios que deben permitir la diferenciación del joven y que responde a "las cosas de la naturaleza", se hace contrapunto con la propia "naturaleza de las cosas" que garantiza la continuidad. Así en cada momento la vida cambia para poder persistir. Cambia para garantizar la persistencia.
Este momento de la vida que es el de la crisis del joven, la tensión de autoafirmarse y de alcanzar la autonomía puede traducirse en violencia en las relaciones con cualquiera de los encuadres en los que esta comprometido con el cambio que éste requiere. Las instituciones, las relaciones de proximidad, y la familia se ven implicados en este proceso. Asumen la responsabilidad de la persistencia en el contexto del cambio. Pero en todos está presente el escenario íntimo del joven. Está comprometido con las coacciones que su comportamiento produce en los distintos escenarios. Puede sentirse limitado, confrontado, incluso traicionado en las relaciones de camaradería, donde la lealtad rige los criterios de unas relaciones que se enmarcan en las reglas o en los criterios de grupo o de pandilla.
Las tensiones y en su caso los enfrentamientos pueden ser mas intensos cuando el encuadre en el que se debaten las dificultades para instaurar un cambio se producen en el ámbito familiar.
En la crisis en la que la familia acoge este discurso la violencia esta impulsada por fuertes tensiones que derivan de las dificultades que imprime este proceso a la familia y al entorno en la modificación de sus transacciones. Transacciones que oscilan entre el polo de aceptar las presiones que requieren que se mantenga con fidelidad el tipo de compromisos, alianzas y lazos con cada uno de los miembros de la familia y obligar a sus componentes a introducir cambios en estas relaciones. Ello determina la resistencia a que abandone su posición y su papel con ellos. Así, la manera como en el pasado, este joven, ha regulado sus relaciones de ayer se convierten en una atadura que limita sus posibilidades de hoy. De este modo los
que le limitan con estas ataduras se convierten en objeto de su disconformidad, su confrontación y su violencia.
Por otro lado, el joven inmerso en esta crisis, se ve impulsado hacia el polo en que la sociedad representa los valores que permiten autoafirmarse, que definen su identidad. Pero también los elementos en los que se puede perder transformando en fanatismo su impulso a integrase en los grupos de referencia.
La violencia del joven se hace presente en los escenarios diferentes. Puede hacerlo, como señalábamos antes, en el ámbito de las relaciones de proximidad, donde el joven esta introduciendo intercambios muy importantes para construir una integración social personalizada. Aquí los iguales, los prójimos, los que son contrapunto participante de su identidad, como lo es él en la de ellos son el elemento constituyente de los cambios. Ellos están implicados en el sentido que ha impreso a su vida como él lo esta en la de ellos. La intimidad requiere del otro como la obra literaria requiere del lector.
El segundo escenario es el de las Instituciones. Algunos jóvenes con su violencia han hecho hoy de algunas instituciones un lugar en el que está ausente en el sentido de las relaciones interpersonales el respeto y la construcción de las normas. La institución escolar, especialmente, vive momentos dramáticos porque toma allí cuerpo, actualmente, el proceso de escalada de la violencia que se desplaza a menudo desde las dificultades íntimas y familiares no resueltas. Pero también, porque la institución enseñante ha perdido los criterios normativos y la capacidad alternativa de hacer acuerdos como soporte de el establecimiento de reglas de relación.
Pero el cometido de este trabajo es ocuparnos de un tercer escenario que es primordial en relación con el tema de la violencia en el joven. No debe dejarse de lado el hecho de que los objetivos mismos de la familia la comprometen a la protección de sus miembros, pero también a la socialización de los mismos. El desarrollo de la violencia en el escenario familiar se traduce en las dificultades con los hermanos pero sobre todo con los padres.
Como ya he señalado con anterioridad, mi posición respecto a crisis juvenil discrepa de la de Haley y está mas cercana a algunos de los postulados de Fischman. Para Haley la conducta desequilibrada en los jóvenes debe entenderse como un fracaso en alcanzar la autosuficiencia. En la incapacidad para realizar el proceso de desengancharse de la familia. En mi opinión no se trata de precipitar al joven fuera de la familia, sino de transformar las relaciones entre él y los otros miembros de la misma. La secuencia que conduce a la autonomía del joven debe garantizar que los lazos y las normas de relación resultantes puedan proteger a ambas generaciones la de los padres y la de los hijos ya desvinculados funcionalmente del medio familiar de origen.
Pero la capacidad para alcanzar la autosuficiencia y autonomía no es tan solo imputable al joven. Esta incapacidad y la crisis familiar hunden sus raíces en una estructura organizacional y funcional de tipo anómalo de la propia familia.
En el Drama Familiar, cuando la familia es el escenario de la violencia, hemos de considerar varios factores. La importante reflexión sobre la consideración de que "no existe violencia sin violencia". El análisis de la influencia, que tienen sobre el desarrollo de la violencia, determinados lazos que comprometen al joven con miembros del sistema familiar, particularmente con alguno de los padres, y que van
desde lo inconveniente a lo perverso. La coherencia de las normas y reglas del sistema familiar. Elementos que a menudo están más de uno presentes.
Cuando señalamos que no existe violencia sin violencia hacemos regencia a que la violencia surge por lo común en el marco de la violencia. Muchos jóvenes violentos han estado inmersos en una familia donde la violencia era un hecho común en la relaciones entre sus miembros. Jóvenes que han vivido la experiencia de la violencia en familia antes de que ellos mismos hayan recorrido la escalada de la violencia para dar un tinte dramático ala convivencia en la familia o a los hechos ocurridos en ella.
La violencia ha servido en su origen para autoafirmar al joven, pero ahora es la consecuencia de una tensión resultante de las relaciones familiares, ahora ya no está al servicio de la autoafirmación, sino de la escisión y de la revancha. El ha sido en el pasado receptor de la violencia que se ha empleado con él como castigo para procurar su corrección o su escarmiento. La violencia aquí tuvo un arranque unidireccional de los padres hacia el joven, ahora el joven al revelarse la hace bidireccional. Al aumento de las sanciones sigue la deslegitimación del castigo y la violencia como réplica. La violencia tiende a hacerse simétrica y se inicia la escalada, como ocurre en la familia Karamazov de la obra de Dostoieski. Así la escalada desde el principio conduce a un proceso de relaciones en las que toman carta de naturaleza el odio, el rencor, el sentimiento de traición, las humillaciones y otras experiencias sombrías que van escribiendo un relato que tiende a conducir a través del drama a la escenificación de una tragedia.
La aparición de la escalada de la violencia modifica cuestiones muy importantes en el orden estructural y funcional de la familia. La violencia se sitúa en el plano principal de la vida del joven. Se busca y se mantiene una falsa simetría con alguna o ambas figuras parentales a las que se ofende, insulta, desprecia y hostiga que precipita acontecimientos, amenazando el orden jerárquico, hacia la escena de la tragedia. Edipo se ve impulsado a matar a su padre para ocupar su lugar jerárquico y para vincularse íntimamente con su madre. Pero a su vez Edipo es la consecuencia de la violencia, procura la muerte de un padre que no dudó en enviarlo a él mismo a la muerte.
Los jóvenes que han sido internados en centros de reforma por diversos delitos en Andalucía confirman estas afirmaciones que venimos haciendo. De ellos solo un 4 % corresponde a jóvenes que provienen de familias que pueden considerarse que tienen un nivel de organización y una dinámica adecuadas. Frente a ello un porcentaje que oscila en torno al 80%, de jóvenes delincuentes que provienen de familias desestructuradas, marginales, o subproletarias. De ellas en un 70 % la violencia esta institucionalizada dentro del marco de las relaciones familiares, y con frecuencia en las relaciones entre ésta y la sociedad, con frecuencia existen antecedentes delictivos en varios miembros de la familia. De éstos debemos señalar que un 14 % había agredido a otros miembros de la familia. Un 3 % había realizado abusos y agresiones sexuales contra un progenitor o un hermano o hermana. Alrededor de un 4 % estaban acusados de intento de homicidio o de homicidio. Un porcentaje muy reducido recluta a los parricidas o matricidas.
La Escena Sombría.
Es difícil asimilar, incluso comprender cómo sujetos jóvenes son capaces de torturar, incluso matar a otros jóvenes, a veces conocidos o compañeros. A esta historia de violencia y a veces de horror nos acercan a veces los medios de comunicación, otras veces nuestra tarea profesional. Los crímenes los realizan los
jóvenes contra otros jóvenes, o contra personas discapacitadas, o contra sus familiares. Los crímenes cometidos por jóvenes que a menudo son noticia se producen entre vagabundos, extranjeros, pobres ancianos y marginales lo que permite a menudo a la opinión a atribuirlos en parte a las malas influencias de una sociedad, la nuestra, con muchas carencias y serias fisuras en la integridad y en la ética. No es posible rechazar la certidumbre de que la corrupción, la comisión de delitos por parte de sujetos del aparato del poder, la falta de ética por parte de personas relevantes de la vida pública no han de tener influencia en la génesis de las conductas violentas de algunos jóvenes. Tampoco tenemos dudas respecto a que gran parte de las carencias educativas y de graves problemas en el contexto y la dinámica de la familia están vinculados genéticamente con la violencia juvenil. Sin embargo la mayoría de los estudios realizados sobre crímenes cometidos por los jóvenes no permiten entender el origen y el proceso genético de los mismos. A menudo son referidos a anomalías psicopatológicas. La esquizofrenia es a menudo invocada en este sentido. Pero atiende más este interés al enfoque del problema de la responsabilidad jurídica y social y nada nos dice sobre las motivaciones o sobre el proceso dinámico profundo que conduce al crimen. Tampoco sirven aquí las referencias constitucionalistas que pretendían vincular, otra hora "el carácter y el destino", hoy felizmente abandonadas. En las publicaciones se consideran en general las características del delito, las de las medidas judiciales, la edad, los parámetros de referencia social, pero están poco presentes algunas cuestiones de la dimensión genética. Es por esto que en este trabajo intentamos reflexionar y poner en relación la escena sombría.
La de la violencia, la tortura, el abuso y el asesinato con el crisol donde se ha cocinado la escena dramática, la del acontecer familiar. Es en el seno de la familia donde se acrisolan estos hechos. Pero allí en la familia, donde se incuba la violencia es también muy a menudo el lugar en que se producen los hechos, la Escena Dramática. El parricidio hace así irrupción en el transcurso de un relato de hechos sombríos. Señalaremos aquí algunos de los rasgos fundamentales del proceso que engendra estos dramas. Lo haremos a propósito de las regencias de la cultura y de las experiencias que nos aporta la clínica.
El Joven Cruel
Algunos hechos que están presentes en la experiencia común y en nuestra cultura merecen alguna consideración. Los niños en los juegos representan imágenes y relatos que tiene un contenido de violencia y a veces de crueldad. Así ocurre con muchos de los juegos de Policías y Ladrones, o de indios y vaqueros. Se incluyen celdas, prisiones, castigos, ataduras, postes de tortura y muerte. La significación de estos juegos puede ser puesta en relación con el desarrollo de motivaciones de índole agresiva a las que se da cauce de expresión. Pero también, con actividades cuya finalidad es la contraria la de superar los temores y los fantasmas que la sostienen.
No obstante como hace notar Levobici, algunos niños dan rienda suelta y liberan impulsos y conductas crueles sobre sus compañeros, particularmente sobre los más jóvenes o sobre los que no tienen capacidad de defensa por padecer alguna minusvalía o por ser temerosos o retraídos.
En ocasiones se establece una extraña alianza entre la víctima infantil y su verdugo a través de los convencionalismos de un juego que permite que la crueldad, la tortura y el daño puedan entrar en la escena. Algo parecido sostiene a las experiencias de abusos sexuales en esa época del desarrollo.
Las conductas crueles pueden hacer acto de presencia en la infancia y en la juventud a través del disfraz del juego. Pero también pueden hacerlo como continuidad de hábitos que definiremos como perversos. Michaux que se ha ocupado específicamente de niños con este problema, emplea el término de perversidad para definirlos. Sujetos que están mostrando una amoralidad y una crueldad notables en sus conductas y que andando el tiempo conducen a la delincuencia y al crimen. El comportamiento de estos niños es cruel, se dedican a perseguir, torturar y matar animales pequeños, como insectos a los que arrancan alas y patas, pájaros que atacan con tirachinas, arrancan los ojos o queman las patas, hieren o estrangulan.
Se podría plantear a propósito de estos hábitos perversos, integrar estas conductas con otros rasgos de estos individuos en una estructura psicopatológica precisa, bien sea la de los comportamientos extraños de jóvenes que ponen en marcha un proceso psicótico esquizofrénico; o bien la puesta en escena de un proceso de evolución de la personalidad hacia la constitución de una caracteriopatía o psicopatía grave.
No obstante, tanto en el caso de los juegos, en los que el límite entre lo que es un proceso reparador o compensador de temores y lo que es la línea que conduce a la crueldad real, no son tan fáciles de delimitar en un momento dado. Pero también en el caso de la violencia con animales podemos tener límites borrosos. ¿Cómo distinguir el juego de un niño con un tirachinas-un pequeño cazador- del intento de identificación con su padre cazador avezado que utiliza armas mas sofisticadas que el tirachinas del pequeño?.
De cualquier forma deberíamos decir, en primer lugar, que pocas veces un niño es llevado a la consulta psiquiátrica por practicar estos juegos o por estos hábitos. En segundo lugar, que así como la consideración de las conductas puede ofrecer la posibilidad de explorar e identificar tratarnos de la personalidad, las motivaciones o el juicio, no permite establecer el riesgo que presenta el sujeto. En tercer lugar que constituyen una invitación a intervenir y prevenir, en lugar de tener que hacerlo más tarde sobre las conductas de agresión o violencia interpersonal.
Gabriel es un chico de corta edad, que comienza con hábitos crueles con animalitos, que a los ocho años ya lidera una pandilla de chicos de 12 a 14 años. Que escapa de casa. Duerme en coches aparcados. Roba en los mercados. Presionado por los padres es internado en una institución tutelar. Tras varias vicisitudes intenta asesinar a su padre.
El drama familiar cuando la violencia y la crueldad se vuelcan sobre la propia familia tiene un libreto, un guión diferente que en cada caso depende de las distintas características del joven asesino, de las distintas vicisitudes de la historia familiar y de la diferente organización y relaciones entre los miembros de la familia.
Así consideramos a continuación, en primer lugar, la figura del joven violento, cruel o asesino. Después lo haremos de la familia como origen y como encuadre de estas conductas.
El Joven extremadamente Violento
Hemos hecho referencia antes a las conductas de juego y a los hábitos crueles en los niños. Sin embargo debemos insistir que la frecuencia de las conductas de intento de asesinato o de asesinato, como la que hemos referido a propósito de Gabriel, son poco frecuentes. Por lo común las conductas de extrema violencia, los
casos de sujetos que matan a sus padres son poco frecuentes y se reclutan entre adolescentes mayores y jóvenes. Los crímenes de sujetos muy jóvenes son crímenes horribles, en general; Crímenes atroces que, en general, se inscriben en el marco de la irrupción de un proceso psicótico-esquizofrénico. A menudo estos crímenes son la primera manifestación del proceso psicótico del chico. Algunos autores han descrito formas pseudopsicopáticas de la esquizofrenia que vinculan a estas conductas criminales.
Las publicaciones en general recogen datos de pocos asesinos que están internados en instituciones psiquiátricas penitenciarias. Listan una población que oscila entres los 13 y 18 años, intelectualmente normales (solo un 0,5 % son deficientes mentales), que están diagnosticados de esquizofrenia en un 15 %; de depresión en un 50 %; y de psicopatía un 35 %.
Se plantean aquí muchas cuestiones de matices y de consideraciones sobre la personalidad propia de estos sujetos. Es difícil definir una estructura de personalidad previa y conducente al tipo de psicopatía que puede conducir a la conducta criminal del tipo de las que aquí estamos considerando. Algunos han querido vincular las conductas infantiles descritas en torno a lo que los autores franceses han definido como perversidad en la infancia. Una forma de perversión precoz, a caso postulada como constitucional por algunos, que describe a niños dispuestos a cometer los comportamientos más extraños y atroces sin ningún sentimiento de culpabilidad. Tal y como si estos sujetos fueran incapaces de adquirir un sentido de la moral y de la ética.
Frente a estas tesis constitucionalistas, otros autores como Bowlby, han señalado la importancia de las dificultades vinculadas con el soporte afectivo y las frustraciones precoces en la primera infancia, en tanto la influencia que estas pueden tener en el establecimiento y la consolidación del super-yo. Esta reflexión se dirige primordialmente a la consideración de lo que ocurre entre el niño y la familia y los educadores en cuanto compromete a la organización de la conciencia moral.
A través de unas y otras posturas se intenta comprender a sujetos que presentan el rasgo de ser incapaces de controlar sus impulsos o los fantasmas de su mente como consecuencia de la deficiente organización de su personalidad, como se postula en el caso de los jóvenes perversos. O en otros casos como consecuencia del descarrilamiento del pensamiento y de la comprensión de la experiencia, como ocurre en los sujetos en los que irrumpe una enfermedad esquizofrénica.
Para la teoría psicoanalítica el deseo parricida esta en el centro del proceso de desarrollo de la personalidad. El mito de Edipo se ciñe sobre la fatalidad que conduce al incesto y al parricidio. Para el psicoanálisis la resolución de la situación Edípica está ligada a la constricción del super-yo. El Drama y la Fatalidad se esfuman en tanto que el narcisismo primario se proyecta como sentimiento de estima y conduce a la construcción del ideal del yo y a la del superyo. Estos rigen ahora los impulsos y establecen las referencias morales. La presencia física del padre que era detestable al interferir las relaciones que la dependencia biológica hizo construir con la madre, no es ahora inconveniente. La presencia del educador o del padre personifican el ideal del yo, transforman y reconducen los impulsos anteriores. Las dificultades en el proceso de proyección del narcisismo primario conducen a la interferencia en el establecimiento de identificaciones primarias, a problemas en la organización del Ideal del Yo y a carencias en la construcción del Superyo.
Aún hemos de hacer otra consideración a propósito de las teorías psicodinámicas, ahora en relación con los planteamientos de Abraham, Anna Freud, Melanie Klein, y Fairbairn. Algunos autores conectan aquí con otro mito de nuestra cultura, ahora no se invoca el incesto y el parricidio, lo que se trae a colación es el filicidio. Algunos proponen que el elemento principal de la tragedia de Tebas no radica en el hecho de que Edipo dé muerte a su padre para poseer a su madre, sino en la decisión del padre de mandar a matar a Edipo para evitar que estos hechos puedan ocurrir. En la tradición judeo-cristiana se relata como Dios pide a Abraham que sacrifique a su hijo, Isaac. Así la circuncisión en la tradición judía es considerada como símbolo de la alianza con Dios que a cambio del sacrificio del hijo requiere el sacrificio, como señala Levobici, de "una parte simbólica de su virilidad". De este modo la castración es un requisito para mantenerse en la vida, para incorporarse al contexto social. De hecho en muchas culturas la circuncisión forma parte de los ritos de paso a la vida adulta. Esta es, pues, la situación edípica invertida, pero también es simbólicamente el sometimiento a la figura del padre.
Para Anna Freud los juegos y las fantasías de guerra son una respuesta defensiva frente a la angustia de castración. Como para Klein y Fairbairn los impulsos orales destructivos, que ha descrito Abraham, expresan una relación con el objeto agresiva. Traducen el deseo de devorar a la madre, al pecho, que quieren incorporar a bocados. Así el objeto maternal incorporado se convierte en objeto malo. De este modo resulta que el objeto deseado es al mismo tiempo el objeto amenazante. El pecho bueno incorporado se transforma en pecho malo. Para estos autores en estas fantasías de la vida psíquica está el origen de la organización precoz del superyo y su persistencia podría explicar las conductas criminales en la infancia.
De este modo, para algunos, la insuficiente organización del superyo, para otros la angustia de castración, o la angustia esquizoparanoide, constituyen el soporte del paso de un impulso o de una fantasía o de un juego a la realización de una conducta cruel, de una violencia o de un acto criminal en el seno de una familia.
Sin embargo quiero afirmar que si bien todas estas consideraciones permiten establecer una relación entre las conductas violentas y las teorías psicodinámicas sobre la concreción de la conciencia moral, no explican en modo alguno como desde el juego simbólico o desde la fantasía se pasa al asesinato.
Por mi parte debo afirmar que la experiencia terapéutica enseña que en los niños estas fantasías aparecen en sus juegos, y particularmente en el proceso de las terapias de soporte lúdico. En sus juegos el sujeto ataca, daña, destruye a figuras de su sistema familiar de una manera proyectiva o simbólica, a menudo el padre o la madre. Ello a quien no está familiarizado con estos procesos podría producirle un escalofrío. En la práctica la expresión de estos impulsos y sentimientos permiten su reintegración y la construcción de la conciencia moral o el saneamiento de la misma. El proceso de reconocimiento y consideración permite elaborar y reintegrar las fantasías y sentimientos agresivos.
Las Perturbaciones de la Familia
Diversas perturbaciones y dificultades del medio familiar tienen gran influencia en la disposición y en la determinación de conductas violentas en su seno.
Es necesario hacer referencia a distintos modos de explicar el doble vínculo. En ocasiones representa una hipocresía en los padres o el intento de acallar sus sentimientos de culpa. Lo es así, porque una madre que deja desde muy pequeño a
su hijo en la guardería y a la vez intenta el sentimiento de haberlo abandonado llenándolo de continuos regalos, no repara su ausencia y la falta de sus cuidados con ello y dispone al hijo hacia ella con agresividad cuando éste percibe esta conducta como un engaño. En otras circunstancias, la doble vinculación, dificulta la capacidad de reconocimiento, interfieren la consolidación de la identidad, y el proceso de autoafirmación. Ahora la agresividad puede volcarse hacia la madre que con su actitud conduce y mantiene la confusión.
Matar a la madre, el matricidio, es, para la mayor parte de los autores, lo más sombrío, el máximo exponente de la crueldad, la máxima expresión del odio hacia la misma. En la mayoría de los casos se acumulan las frustraciones y las privaciones que el sujeto vincula con la relación con la madre. La comprensión de cada conducta matricida es solo posible contemplando y valorando los hechos y la experiencia contenida en la relación madre-hijo. Esta perspectiva nos puede ayudar a entender como los impulsos criminales del hijo no podían haber tenido otro destino. En esta relación madre-hijo han podido prevalecer la falta de atención, de afecto, de reconocimiento. A lo que se ha podido sumar la hipocresía, y la traición al sentido de la relación como puede ocurrir en algunos casos de doble vínculo. Relación a la que se han podido sumar además experiencias de dolor, de pérdida, y de humillación. Luís, que ha tenido un altercado con su madre, termina agrediéndola con un cuchillo de la cocina con intención de matarla. La ha herido en una pierna. La aparición de la sangre le ha hecho detenerse y recobrar el control de sí mismo. Luís había sido siempre un niño retraído. Su madre le hacia objeto de desprecios, desvalorizaciones, falta de afecto y rechazo. Al llegar a su casa se había enterado que la madre había mandado a matar el conejito que él cuidaba y que era depositario de su retraída y solitaria afectividad.
Los relatos que, como el anterior, vulneran la integridad y la estima invitan a entender la aparición de algunas conductas agresivas como justificadas. En algunas de las referencias que vamos a hacer a continuación, desde el punto de vista de los actores de la escena familiar e incluso de algunos de sus espectadores, aparece el crimen como justificado, como justiciero. Como el imperativo de "hacer justicia".
En la mitología el crimen de Orestes que ayudado por su hermana Electra mata a su madre Clitemnestra es ejemplo de ello. Orestes ha sido conminado por el oráculo de Delfos a hacerlo, incluso ha sido amenazado con múltiples perjuicios si desistiese de ello. Así asesina a su madre y a su amante Egisto que habían dado muerte a su padre Agamenon a su vuelta de la guerra de Troya.
Algunos autores han querido ver en estos casos en los que el asesinado ha sido motivado por la infidelidad de la madre al padre, la presencia solapada de tortuosos conflictos de deseos incestuosos en el hijo. Se trata de esta manera de reintroducir aquí el complejo de Edipo. Jones lo hace a propósito de la idea de que Hamlet intenta poner fin así a sus tentaciones incestuosas. En defensa de la integridad de la personalidad de Hamlet que se encuentra sumergido en el drama de que su madre a la que amó y aun ama ha conspirado con su tío en la muerte de su padre, debo reseñar que su discurso busca la justificación del parricidio. Que no estamos aquí en un solapamiento de impulsos incestuosos, sino antes bien, en un conflicto de lealtades que conduce a una tragedia de lo que puede uno tomar conciencia más clara en la observación de la escena de la obra: V T.
La importancia de los problemas de lealtad en el contexto de la familia toman mayor importancia actualmente en la medida en que la influencia de la sociedad y de la cultura tienden a disolver la fortaleza de los lazos familiares. La tragedia es hoy más próxima que en la literatura. Antonio, con 16 años, ha apuñalado varias veces a su madre. El era conocedor de que ésta se prostituía para obtener dinero para jugar al
bingo. Esta lo amenazaba de mantenerlo en secreto. Estaba sometido a esta tensión y al sentimiento de lealtad hacia su padre, abnegado trabajador atento a su familia. Le aterraba que éste pudiera descubrir las conductas de la madre. Rafael, con 15 años, hermano mayor de una familia monoparental, compuesta por el y dos hermanas de 6 y 4 años, envenena a su madre con matarratas. Esta lleva una vida sórdida, promiscua. En el último tiempo se exhibía con sus comportamientos de forma desvergonzada delante de las hermanas pequeñas. Aquí es la lealtad hacia las hermanas la que induce al matricidio, ya que con anterioridad mientras la madre había mantenido una conducta discreta estos impulsos no habían aparecido. En unos y otros casos parece confirmarse más la importancia de los conflictos que afectan a la lealtad que los planteamientos edipicos.
En estos dramas en los que el asesinato y el crimen se hacen presentes hemos de destacar los conflictos de interdependencia. Generalmente un problema de dependencia recíproca entre las madres y los jóvenes. La madre en la mayoría de los casos, el padre en ocasiones, en todo caso en circunstancias que revelan que no se ha dejado al joven ninguna autonomía. Es por esto que este tipo de crímenes raramente se da en adultos, ya que una vez que ha pasado la adolescencia también ha pasado la intensidad del vínculo que limita la autonomía, por lo que la tensión en esta relación ha disminuido. Así el padre o la madre sobreviven al riesgo de muerte en la medida en que el joven en conflicto por la autonomía se distancia de ellos. Solo cabe aquí señalar una salvedad, la de la hija o el hijo cuyo vínculo de fusión y dependencia con la madre se prolonga a lo largo del tiempo. En estos casos, en ocasiones, se conducen hacia dramas vinculados con el temor a la soledad o al abandono. Así pueden producirse asesinatos, a veces combinados con suicidios en sujetos ya mayores.
Para Duncan el potencial homicida de un joven en estas situaciones de conflicto por la independencia está en relación con varios elementos, con la hostilidad que es expresada por él mismo tanto a nivel verbal como en las conductas de relación con la madre o con el padre; con la capacidad de control de los impulsos; con la carencia de alternativas no violentas para afrontar el problema; Y con los sentimientos de desesperanza. Conviene señalar aquí que en nuestra opinión, que coincide con las de Nack, Hacht, y Duncan, además de las características del vínculo y de la relación con el proceso de independización, un elemento muy importante es la actitud que tenga la víctima, particularmente cuando ésta es provocativa, descalificante o despótica. Pedro de 15 años, que ha herido a su madre en la cabeza con un leño, expresa a propósito de sus instigaciones: "coño, se lo estaba buscando".
Estas especies de justificaciones no evitan el sentimiento responsabilidad, en este tipo de casos, y los que afectan al compromiso de lealtades. En la mayor parte de estos sujetos aunque media el sentimiento de haber hecho justicia, de la inevitabilidad del hecho violento, pasan después del mismo un periodo de tiempo en el que su conducta y su funcionamiento mental está en mayor o menor grado desorganizado, donde existe cierto grado de confusión. Un periodo en que intentan asimilar la tragedia, la fatalidad de los hechos y los confusos sentimientos de pérdida de la figura parental asesinada y el sentimiento de responsabilidad personal.
En otros casos la violencia y el asesinato se inscriben en el marco de las relaciones familiares en las que el compromiso, la intervención o la cooperación con los otros en el desencadenamiento del comportamiento violento es importante. A menudo la relación que lleva al drama es un compromiso triangular. En la mayoría de los casos el joven se ve impulsado a la violencia contra uno de los padres que vive como odiado porque lo vive como rival de su relación con el otro cónyuge. En ocasiones el
esquema aquí es bastante edípico y algunas cuestiones tienen que ver con la sexualidad como veremos mas adelante. Lo cierto es que las intensas emociones y tensiones en estas relaciones triangulares, como señala Rizzo, hacen difícil predecir quien será el asesinado, si el amante o el amado.
Para Sargent el joven que mata a uno de sus padres es el agente inconsciente del otro padre. En estos casos el joven que ha cometido un asesinato lo ha puesto en marcha como si nunca antes hubiera tenido esta intención. A menudo porque él ha sido incorporado a los conflictos de la pareja por uno o ambos cónyuges. En algunos casos alineándose con uno de ellos y situándose como protector del mismo, que generalmente es el que les ha posicionado contra la víctima. El joven asesino no se plantea aquí una razón inconsciente de rivalidad edípica para agredir al padre o a la madre, sino que se suma al alineamiento y coopera contra un padre que a menudo es instigador de esta alianza. En estas díadas de cooperación, en este tipo de compromiso, el joven se hace sensible a los deseos escondidos del cónyuge con el que coopera. Mantiene en las interacciones de la familia un incremento de la tensión proporcionalmente directo al grado de participación en la alianza e inversamente proporcional a su propia madurez y autonomía. Aquí el joven se comporta como el "bucoemisario" de las dificultades de la pareja parental. Es a la vez de forma inconsciente asesino y víctima en una conspiración triangular.
A menudo, el hijo implicado en esta serie de hechos, tiene alguna minusvalía física o psicológica o alguna dificultad que le hace ser especialmente accesible de reconocimiento, influencia o seducción.
No infrecuentemente estos conflictos familiares que llegan a implicar a un hijo en la muerte de uno de los padres se producen en familias "normales", donde la violencia, el odio, el sadismo y las tendencias incestuosas están disimuladas.
Los compromisos que conducen a estas tragedias familiares en ocasiones comprometen a otros hermanos. Son un compromiso de grupo. En algunos de los brutales asesinatos que han llegado a la prensa, los hijos han asesinado cooperando con la madre a un padre con un comportamiento despótico y violento con ésta y con otros miembros de la familia. Nuevamente aparecen en estos casos las justificaciones y la evitación de las restricciones de la moral. Así las justificaciones van desde la inevitabilidad a la necesidad o a la fatalidad y el destino. Entre los comprometidos se establece el lenguaje y las actitudes de una conspiración silenciosa. Así en la escena que vemos del Príncipe de las mareas. V T
En estos conflictos familiares uno de los miembros es el delegado para el asesinato. En la secuencia de los hechos la víctima se convierte en objetivo del hijo que va a materializar el núcleo del drama, el asesinato. El joven incrementa su cólera en la medida en que la víctima le instiga de una u otra forma. El clima emocional se tensa. Los otros implicados estimulan la reacción de éste. Se produce la escena cuando la crisis y el odio conducen hacia la acción punitiva como descarga catártica. El impulso toma el lugar de la expresión verbal y de la expresión emocional. Después el sujeto, confuso, pero aparentemente tranquilo recobra su equilibrio, probablemente sin tener una medida exacta de lo que ha pasado. El impulso ha sido posible, ha sido desencadenado en el marco de un estrechamiento de la conciencia provocado por la intensidad de las emociones. El sujeto ha seguido adelante hacia la comisión del acto violento, empujado por su tensión emocional y estimulado por las señales y las intervenciones de los otros implicados y hasta por la propia víctima. En la novela de Dostoievski se considera como lo hace Dimitri Karamazov: ¿por qué
es necesario que un hombre como éste viva? Decidme…si se debe permitir dejarle que deshonre por más tiempo la tierra con sus vicios. Texto de los H. K.
Para Dostoievski en esta red de relaciones está comprometido con el parricidio" ¿quién no desea matar a su padre?" Ivan K. se responde a sí mismo "todo el mundo". En este tipo de encuadre los miembros de la familia participan del deseo de matar al padre, todos participan en la responsabilidad. El que ejecuta la violencia es probablemente aquel que tiene menos resistencia a hacerlo.
En las familias, en ocasiones las crisis y las amenazas están provocadas entre partidarios de distintos bandos que dan lugar a que la estabilidad se vea amenazada. Al desencadenarse la violencia se desencadena también el peligro de escisión de la misma. Así para estabilizarse la familia puede hacer confluir las instigaciones y la violencia hacia uno de sus miembros. Así la desviación única, que protege a la familia de su disolución es a la vez una forma de conspiración familiar que puede conducir en un clima de brutalidad y violencia a victimizar a un progenitor déspota y violento, en ocasiones abusador sexual, legitimando su cooperación y su actuación en base a la justificación a través de las razones que les unen.
La sexualidad es uno de los temas más relevantes en los dramas de las familias en las que se produce una conducta parricida. El parricidio es en algunos casos de intensos problemas, la única solución a los problemas de la independencia, de las alianzas, y del abuso sexual, la última solución cuando no se encuentran soluciones en la intimidad de los sujetos, en su familia, o en los recursos extrafamiliares. El odio aumenta en la medida en que son incapaces de resolver los conflictos. La desesperación aumenta en la medida en que los recursos extrafamiliares han resultado ineficaces o han conducido a un acrecentamiento de la situación de amenaza y sometimiento. El parricidio se justifica por la convicción de que el padre o la madre por su perfidia "merecían" ser asesinados. Ello permite eludir la intervención del principio de realidad y de la conciencia moral.
En el desarrollo de algunas de estas familias en las que se produce un asesinato, se han sumado distintos factores que contribuyen a la predisposición y desencadenamiento de la violencia. Así ocurre con el mantenimiento de unas creencias religiosas rígidas y primitivas, la experiencia continuada de la violencia y de prácticas sexuales bizarras que corresponden a distintos tipos de abuso sexual. En muchas de estas familias el padre es la figura principal en los conflictos familiares como consecuencia del control que ejerce sobre los miembros de la familia, por su agresividad y por su actividad sexual.
Maria Luisa, había agredido a su padre con la intención de matarlo. Es la mayor de una familia de cinco hermanas, todas solteras. Su padre es especialmente estricto con la sexualidad extrafamiliar. Le tiene prohibido a sus hijas que tengan cualquier tipo de intimidad con los chicos. Las ha amenazado de que si lo hacen sin su aprobación las "mataría". Sin embargo el padre al llegar las hijas a la pubertad iniciaba las relaciones sexuales con ellas con las que ejercía esta actividad como un derecho que se atribuía. El derecho de iniciarlas sexualmente y de ocuparse de sus supuestas necesidades de mujer. El desencadenamiento del intento de asesinato se produce cuando la menor de las hermanas al ser abusada por el padre desencadena un episodio psicótico. Esto sirvió de factor precipitante para que se produjese un compromiso de las hermanas para matar al padre y abandonar a la madre, a la que dicho sea de paso culpan en parte por haber sido consentidora de estos hechos, ya que de esta manera se libraba de las obligaciones sexuales para con su marido, que siempre la había agobiado requiriéndola a veces varias veces en la noche. Así Maria Luisa acepta el papel de hacer el "trabajo sucio". La exploración
de Maria Luisa permite comprobar, sorprendentemente, la ambivalencia de ésta hacia el padre, al que por untado considera cariñoso y con el que le une una cierta afinidad afectiva y al que a su vez odia por su desapego, por la manera que controla su autonomía y por la brutalidad de su comportamiento sexual.
En general en los casos de incesto la madre esta comprometida en la aceptación y en el encubrimiento de los abusos. María hace un intento de suicidio después de haber amenazado a su madre, que la trataba de convencer de que abortara el embarazo que tenía del padre. Es una de las tres hijas de una familia, todas ellas con un nivel mental deficiente. Todas ellas con una larga historia de abusos sexuales por parte del padre. Dos de ellas madres de tres hijos que figuran como si lo fueran del matrimonio.
Algunos jóvenes, como Antonio de 19 años que acude desesperado a la consulta psiquiátrica, han mantenido desde la infancia un lazo de intimidad demasiado estrecho con la madre, hacia la que ahora pueden tener confusos y violentos impulsos. Al llegar a la adolescencia, Antonio fue forzado por su madre a tener frecuentes relaciones sexuales con ella. Lo que viene afrontando desde hace varios años. En general debemos señalar que estas estrechas e impropias relaciones desde la infancia al llegar a la mitad de la adolescencia tienen tendencia a transformarse en sexuales como consecuencia de la presión del padre comprometido en esta estrecha relación. A veces con el impulso favorecedor que le imprime de un modo encubierto el otro cónyuge, que por otro lado suele obtener algún beneficio secundario de ellas.
El más repulsivo y brutal de los casos que parecen en las publicaciones entre los casos de matricidio; citado por Lelos, es el de un chico de 19 años, que había mantenido con alguna frecuencia relaciones sexuales con su madre. Este inicia una relación intima con una chica. Al enterarse su madre le insulta, le coacciona, le arremete y en un arranque de furor le fuerza a mantener relaciones sexuales con ella inmediatamente. A la noche el chico apuñala a su madre mientras duerme y le saca los ojos y el útero con sus propias manos. Por todo comentario expresa al respecto las razones por las que lo había hecho: "ella era mala".
La prohibición del incesto, como el parricidio son en todas las culturas una norma fundamental que no puede ser referida a la organización nuclear de la familia. Pero tampoco a la organización patriarcal. Para Freud la familia no puede organizarse hasta que los hermanos pertenecientes a la "horda primitiva" llegan a un acuerdo para establecer el culto totémico del padre. La sociedad, al estilo del planteamiento de Freud en Tótem y Tabú, tiende a tener reacciones de rechazo hacia el parricida. Provocan reacciones parecidas a las que producen los actos de sadismo y perversión sexual. En nuestro medio vivimos este rechazamiento y a la vez con demasiada frecuencia un tratamiento en los medios de comunicación que puede ejercer una influencia inconveniente, por que puede favorecer que algunos jóvenes se vean avalados para justificar sus impulsos y realizar conductas criminales del estilo de las que hemos descrito antes. Los jóvenes con riesgo de convertirse en criminales se conducen frecuentemente a través de un agravamiento de la alteración de su personalidad, con un aumento de su tensión emocional, hacia un endurecimiento de su carácter. La presión de las circunstancias familiares en las que viven y la influencia del medio extrafamiliar, las instituciones y los medios de comunicación favorecen su transformación en jóvenes y adultos jóvenes con gran riesgo de convertirse en asesinos.
Debo concluir afirmando que el más sombrío drama de la familia, el más patético escenario de la violencia, donde tiene escaso sentido plantearse justificaciones,
conduce a la víctima hacia la muerte, y a su asesino hacia un destino de soledad, de dolor y de locura.
Epílogo: La violencia en la familia puede ser un proceso en escalada. Cuando se llega a un punto crítico de la tensión intrafamiliar la secuencia dramática puede desencadenarse. En este momento cualquier movimiento en las alianzas familiares, cualquier instigación, cualquier coacción externa, pueden iniciar la tragedia. Ya no es posible detenerla, la fatalidad conduce al destino tenebroso en estos casos. El parricidio es un espanto que solo es posible prevenir cuando con antelación intervenimos sobre la configuración de los diferentes elementos que hemos considerado mas arriba. Aun cuando en ningún caso podamos predecir esta evolución de la violencia familiar extrema estamos obligados a considerar su posibilidad e intervenir sobre los elementos que tiene una fuerte afinidad con el drama familiar, ya que ulteriormente la restauración es imposible para el sistema familiar.
Sevilla Otoño de 2006
Autoestima y relaciones humanas.
La crisis familiar y su influencia
en el rendimiento laboral.
Clima emocional y rendimiento laboral.
El riesgo del sexo pre y extra matrimonial.
Enamoramiento y noviazgo.
Enamoramiento sexo y aborto.
El arte de mejorar los malos habitos.
Alimentos que destruyen la salud integral.
Excelenia personal.
Proyecto de vida.
Estres.
NOVIAZGO FELIZ
A. El noviazgo y el enamoramiento.
B. ¿Sexo en el noviazgo?
C. El noviazgo temprano.
D. ¿Cómo se llega al matrimonio?
1. ¿Qué es el noviazgo? El noviazgo es una relación transitoria entre un hombre y una mujer que tienden al matrimonio. Es la relación entre dos enamorados que desean conocerse mejor para ver si llegan a casarse.
2. El noviazgo y el enamoramiento.- El noviazgo es una etapa muy bonita de la vida con la característica principal del enamoramiento, que incluye varias actitudes.
Pensamiento frecuente en la persona amada, que se presenta idealizada y maravillosa.
Deseo de verse, de conversar, de reunirse. Deseo de agradar a quien se ama.
Planificación intensa para conseguir los proyectos anteriores (agradar, encontrarse...), con ligero descuido de otros deberes.
Sentimientos y emociones intensos ante la presencia real o imaginada del amado.
Deseo de servir y buscar el bien del amado. Esto es lo característico del auténtico amor, mientras que los puntos anteriores son algo inestables y propios del amor-sentimiento (que también es correcto).
3. ¿A qué relaciones se llama noviazgo? Entre un hombre y una mujer hay trato profesional, familiar, deportivo, etc. Y ninguno de ellos es un noviazgo. Para que lo sea debe tratarse de una relación afectiva con vistas al matrimonio.
4. ¿Cualquier relación afectiva es un noviazgo? Normalmente este nombre sólo se aplica a un trato algo estable, donde el matrimonio se ve como posible. Otras relaciones afectivas entre un hombre y una mujer reciben nombres diferentes. Por ejemplo, puede hablarse de conocidos, amigos, salen juntos, son una pareja, etc.
B. ¿SEXO EN EL NOVIAZGO?
1. ¿El amor y el sexo van unidos? El amor casi nunca implica sexo. Unos hermanos se quieren; una madre ama a sus hijos; un hombre quiere a su empresa y a sus amigos. Incluso en un matrimonio que se aman mucho no piensan habitualmente en el sexo.
2. ¿El noviazgo es una excusa para el uso del sexo? No. No. El noviazgo es una época para un mayor conocimiento con vistas a decidir con quien casarse. Se trata de ver si se desea convivir toda la vida con esa persona. Quien sólo busque sexo en esa relación debería ir a lugares de venta pública, y así no maltrata los sentimientos de quien pretende un trato entre personas.
3. ¿Pero si los dos queremos? En todos los adulterios los dos quieren y desde luego no es motivo válido. El sexo depende de la voluntad humana sólo en parte. La sexualidad tiene sus propias reglas establecidas por el Creador.
4. Entonces, ¿para qué salir juntos? Si las chicas normales oyeran esta pregunta, se apartarían asqueadas de ese chico. Y al revés.
5. Una explicación breve. La dignidad del cuerpo humano exige que no sea objeto de uso o intercambio. El cuerpo propio sólo debe darse a quien se ha comprometido para siempre ante testigos (boda). Una entrega corporal transitoria es una pérdida de dignidad para el cuerpo -para la persona-.
6. ¿Bastaría comprometerse para siempre entre sí o ante Dios, sin necesidad de testigos? Teóricamente bastaría pero no en la realidad, pues a veces las palabras se las lleva el viento. Por esto conviene que los compromisos importantes tengan testigos. Enseñada por la experiencia, la Iglesia requiere que el matrimonio sea público y ante el párroco. Algo similar exigen las leyes civiles.
7. Pero cualquier enamorado piensa que su amor es para siempre.- Así es y así me lo recordó un amigo argentino. Por esto a los enamorados les cuesta entender estas cosas. El problema está en la palabra "piensa" y en que el pensamiento humano no siempre se hace realidad. De ahí que para algo tan serio como entregar el propio cuerpo es necesario asegurarse más, con ese compromiso público.
8. Por otro lado, el amor verdadero no busca excusas para usar del sexo lo más posible. El auténtico cariño no pretende su placer egoísta, sino piensa más en servir a la persona amada con el esfuerzo que sea necesario.
9. Ejemplos de lo que no se debe hacer en el noviazgo. Lo que no quisieras que supieran tus padres. Lo que no te gustaría que hicieran con tu hermana. Lo que no te gustaría que saliera en los periódicos.
10. Los enemigos. En frase simpática suele decirse que los enemigos del noviazgo son tres: la soledad, la oscuridad y el coche. Las precauciones deben aumentar en épocas de mayor sensibilidad y en casos de noviazgo temprano.
11. ¿Las relaciones prematrimoniales son necesarias para conocerse bien? Con las relaciones prematrimoniales no se adquieren conocimientos.
12. ¿Sexo, pero no mucho?. Acostarse sin estar casados es una equivocación bastante clara. En cambio, cuesta más comprender que sean incorrectos otros placeres sexuales más o menos limitados. La explicación sería similar. De todos modos, sobre estos placeres se puede consultar el tema del sexo.
13. ¿Un ejemplo sobre la pérdida de dignidad? Imaginemos una chica que ha tenido varios novios. Su situación es muy diferente según lo que hayan hecho con ella. La joven que ha defendido su cuerpo llega al matrimonio con una dignidad mayor, y su marido se siente orgulloso de ella. Algo parecido se puede decir de los chicos.
C. EL NOVIAZGO TEMPRANO
No conviene que el noviazgo dure muchos años por el peligro de confianzas excesivas.
En edades tempranas suele haber menos dominio propio y es más difícil vencer las tentaciones de impureza que siempre hay en ese trato intenso.
En esas edades se confunde más fácilmente el amor con el placer o el gusto. Si se fomenta esas apetencias, el corazón se hace egoísta y en el futuro le será más difícil la entrega y sacrificio propios del verdadero amor y del auténtico noviazgo.
La naturaleza pasa factura cuando se alteran sus ritmos normales; (ley natural).
Amar a alguien es desear su bien, aún a costa del esfuerzo propio. El amor incluye la capacidad de sacrificarse, y un buen entrenamiento es esperar. Respetarse, quererse, saberse queridos, y saber esperar.
2. ¿En qué sentido la naturaleza pasa factura? Normalmente suele ser en el mismo terreno donde se lesiona lo natural. Ejemplos:
Supongamos alguien todavía inmaduro que busca relaciones propias de personas ya hechas. La factura de la naturaleza suele ser una tardanza mayor en alcanzar la madurez.
Supongamos otra persona que confundiera el amor con los placeres. La factura de la naturaleza es una gran dificultad para amar realmente, y que los placeres cada vez le placen menos.
Igualmente si alguien intenta llenar el corazón a base de satisfacer gustos, se encontrará con un corazón cada vez más vacío y menos satisfecho.
Un último ejemplo es el caso de quien trivializa y juega en las relaciones con personas del otro sexo (hoy con una, mañana con otra). La factura de la naturaleza consiste en una dificultad mayor para conseguir una relación estable. A eso se añaden problemas en la profesión pues cuesta ser responsable (responsabilidad) a quien no supo serlo en algo tan serio como el noviazgo.
3. ¿Es recomendable la relación frecuente de chicos y chicas a edades tempranas? En general es mejor espaciar ese trato. Es preferible que los chicos se diviertan por un lado y las chicas por otro; el tiempo hará que las coincidencias sean más frecuentes. Algunos motivos para este distanciamiento inicial:
Se madura mejor la personalidad varonil y femenina.
Los planes por separado suelen ser más divertidos.
En esos años de crecimiento el corazón y la mente andan algo revueltos, falta serenidad y es preciso aprender a dominarse. En esas épocas el trato con personas del otro sexo suele ser contraproducente pues revoluciona más cabeza, corazón y sentimientos.
Los enamoramientos iniciales son muy intensos y necesitan de distancia para aprender a amar: si se alimenta demasiado el amor-sentimiento, acaba ahogando el amor-caridad, pues el corazón se vuelve egoísta.
D. ¿CÓMO SE LLEGA AL MATRIMONIO?
1. ¿Qué proceso conduce al matrimonio? En general suele seguirse este camino: - De modo natural hay una atracción mutua entre personas de sexo opuesto. - Esa atracción general se intensifica hacia una persona. Hay un deseo de estar con ella, de verla, de conversar. Hasta aquí nos movemos en el campo del amor-sentimiento: esa persona me cae bien. - Enseguida surge un deseo de buscar el bien para esa persona, y comenzamos a entrar en el terreno del amor-caridad. (Sobre los dos tipos de amor, ver amor). - Aparece una bifurcación:
Si la atracción mutua se deja sin control, el instinto animal se impone, y se buscan y obtienen placeres sexuales. De este modo, el amado pasa a ser algo que me da gusto. Lo aprecio y lo utilizo. Así se llega a la fornicación, amor libre, amantes, etc.
Si el egoísmo se domina y se dan pasos en el servicio hacia esa persona, el amor-caridad aumenta, y llega un momento en que uno desea dedicar la vida entera al otro. Esta entrega mutua conduce al matrimonio.
2. ¿Un ejemplo de estos dos caminos? Quizá ayude a entender esto una escena de la famosa película "Lo que el viento se llevó". La protagonista era el centro de atracción de los hombres que siempre la rodeaban, para envidia de las demás jóvenes. Un día ella estaba bajo unas escaleras y escuchó una conversación entre dos amigas que bajaban hablando de ella y no la veían. Una comentaba el éxito que gozaba entre los muchachos, y la otra contestó algo así: "Los hombres la quieren para divertirse, pero no para casarse".
3. ¿Cómo distinguir una situación de la otra? Algunos detalles clarifican el noviazgo:
Si hay deseo de servir, de ayudar al otro, es un buen síntoma.
También es buena señal si se considera al otro como el futuro padre o madre de los hijos. Y si se desea formar juntos la familia de mi vida.
En cambio, sería mal camino pensar en el otro sólo como algo gustoso. Esto es normal al principio del noviazgo, pero luego debe dar paso a una perspectiva de servicio, de buscar el bien del otro.