AUTOESTIMA Y RELACIONES HUMANAS

Un espacio para la valoración profesional realizado con modalidad gestáltica

Siguiendo a Maslow , defino a la autoestima como una necesidad fundamental que permite a las personas lograr su desarrollo y superación.

En la última década la misma ha cobrado mayor vigencia por los cambios operados en nuestra realidad profesional, social y económica.
En este período nos enfrentamos con políticas globales , con las consiguientes competencias que se desencadenan a partir de esto.
Surgen requerimientos de mayor capacitación profesional y necesidades de más agudeza y creatividad para generar nuevos proyectos laborales.
Las políticas sociales que en otras décadas estaban ampliamente bajo la responsabilidad de los estados están en muchos casos delegadas a organizaciones no gubernamentales, quienes en forma voluntaria, tienen que cubrir las necesidades sociales que surgen de la población.

De pronto muchos trabajadores sociales comienzan a ver reducida la posibilidad de su ejercicio profesional al cerrarse muchos espacios de trabajo y no abrirse otros nuevos.
Siendo la profesión del trabajo social de continuo replanteo hoy atraviesa otro momento de cambio.
La situación de los jóvenes que egresan de los terciarios y de las universidades es poco promisoria para ellos. Cuando nos consultan en espacios de supervisión, nos expresan su dificultad en la inserción laboral. Los que logran incluirse se sienten en ocasiones frustrados, su labor pasa a ser en muchos casos meramente administrativa o de control de servicios, como es el caso de muchos de los que trabajan en algunas obras sociales.

En el contexto de tantas modificaciones estructurales se impone una nueva visión tanto para los profesionales que llevamos años ejerciendo como para las nuevas generaciones de trabajadores sociales que hoy comienzan.

Para lograr modificar estás cuestiones vividas día a día se requiere en primer lugar que aceptemos que” esto es lo que es”, esta es nuestra realidad profesional “Sólo aceptando lo que somos podremos cambiar” nos dice Arnold Beisser en su Teoría Paradójica del Cambio(1).

NUESTRA IDENTIDAD

Quienes somos los trabajadores sociales? Cuales son nuestras incumbencias profesionales?
Son preguntas que respondemos a diario explicando nuestras áreas de trabajo , las funciones y la modalidad del mismo.

“El trabajo social es un proceso de acompañamiento promocional y educativo. Dicho proceso es realizado por un profesional, el trabajador social, quien al establecer el contacto con la persona o el grupo humano que le solicita la orientación da comienzo al proceso”. (2)

Al hablar de proceso lo entendemos como un conjunto de fases sucesivas, que inician una acción, que parte de presente, del aquí y ahora, para intentar que la persona se promueva y se proyecte.
Entendemos que enseñar no es solo trasmitir conocimientos sino que es la posibilidad de mostrar lo que “es posible. “Aprender es descubrir que algo es posible”, nos dice Fritz Perl(3).
Nuestra intervención se orienta a que la persona registre sus capacidades, sus recursos vea las posibilidades que tiene delante de sí, que descubra lo obvio, lo que es evidente, para que luego tome en cuenta los recursos que la comunidad le brinda.
Nuestra tarea se orienta a que las personas adquieran una mayor conciencia de sí mismos, descubran sus valores, reconozcan su potencial.
Con una visión humanista de respeto por la persona, los promovemos para que se integren y participen en socialmente, los acompañamos para que logren relacionarse de un modo más saludable en sus familias , en sus relaciones laborales, con sus amigos, sus vecinos, en pos de su autorrealización y bienestar, para que puedan elevar su calidad de vida.

La Federación Internacional de Trabajadores Sociales define como incumbencias profesionales las intervenciones relacionadas al trabajo social de casos, de grupos, la pedagogía social y el tratamiento y terapia familiar. También se extiende a la dirección de organismos, la organización comunitaria y el compromiso con la acción social, que influya en las políticas sociales y el desarrollo económico.

Algunos autores definen el tratamiento social como socioterapia.(4)


Si estamos acostumbrados a asesorar y orientar a las personas, si fomentamos el contacto con su propia valoración y con el desarrollo de su potencial, también podemos hacerlo con nosotros mismos como profesionales y trabajar nuestra propia autoestima profesional.

Afortunadamente están surgiendo nuevos modos de comunicarnos e interrelacionar con otros colegas que nos permiten compartir experiencias y metodologías de los distintos países. Estas son un soporte profesional muy importante que nos da confianza y nos fortalece.
Los foros y los sitios de Internet relacionados con el trabajo social, como el sitio de la colega española Trini “Mi Sitio de Trabajo Social”, las revistas de Trabajo Social, las páginas web de las Universidades de Costa Rica, de Venezuela entre otras, las nuevas bibliografías, son un estímulo para todos nosotros y una posibilidad de enriquecimiento, de profundización de la tarea.

Mi propuesta de realizar talleres de autoestima profesional para trabajadores sociales se suma como aporte a los anteriores.

Estos encuentros grupales que he venido desarrollando en los últimos años en la Argentina son realizados con modalidad gestáltica, consisten en un espacio de taller reflexivo- vivencial . En los mismos a través de las experiencias que les propongo a los participantes, los mismos tienen la posibilidad del descubrir sus necesidades profesionales y reflexionan para ver de que modo logran o no satisfacerlas. Se realizan trabajos que puedan servirles de soporte en la tarea cotidiana para que se “ den cuenta” y rescaten sus capacidades y logros profesionales.
La actividad también se orienta a promover un desarrollo más eficiente de la tarea, a prevenir el desgaste profesional, conocido como Burn Out .
Al realizar las actividades en forma grupal los colegas pueden descubrir el modo que tienen de vincularse con otros, como se comunican, que obstáculos encuentran en las tareas compartidas.
De este modo los encuentros grupales y las relaciones con otros profesionales pueden flexibilizarse, se humanizan y se enriquece la participación en equipos interdisciplinarios .
En ocasiones hasta se evitan los conflictos que muchas veces se originan en los mismos por malos entendidos o problemas en la comunicación o desconocimiento de la tarea profesional de cada uno. En otros casos al presentarse los problemas los mismos se superan de un modo más saludable.

Los talleres los he realizado en diferentes organismos, Consejo Profesional, equipos de trabajadores sociales , distintas ONG.
Durante los mismos los participantes me han expresado algunas de sus necesidades profesionales, han registrado la importancia de contar con estos espacios de pertenencia. Se han dado cuenta de la necesidad de seguir formándose, de profundizar nuevos contenidos, de trabajar los temas relacionados al rol profesional.
Expresan su necesitad de descubrir que les sucede al sostener y al acompañar a otros, quieren compartir experiencias de otros colegas y nuevos modos de abordaje.
En otros grupos ha surgido la inquietud de relacionarse generando redes de apoyo y sostén cuando desarrollan sus actividades en espacios de consulta y formación independien.
Comentan que Intercambiar sus respectivas experiencias y comunicarse sus áreas de abordaje y tratamiento les resulta altamente fortalecedor y soportativo.

Entiendo que para lograr la valoración de la profesión en lo personal y en el conjunto del colegiado es necesario continuar con éste camino que he emprendido. Por eso propongo a mis colegas de los distintos países que generen estos espacios grupales de autoestima profesional, para que de este modo a partir de aceptar nuestra realidad profesional, comencemos el primer paso hacia el cambio que anhelamos. Luego sería enriquecedor compartir las experiencias y las realidades para observar similitudes y diferencias.

Sólo estimándonos como profesionales, valorando nuestra profesión , primero nosotros, lograremos ser estimados por el entorno profesional y social.

Es fundamental que nos hagamos cargo de los cambios que queremos generar, que tomemos en cuenta los recursos que cada uno descubra que posee para que luego despliegue la creatividad necesaria que logre transformar la carencia en potencia.
La evolución , los avances, hacen que se nos presenten muchas veces dificultades y obstáculos que se hacen claros en el desempeño cotidiano.
El surgimiento de nuevos contenidos y metodologías junto al compromiso que cada uno de nosotros asume día a día representan una esperanza para que se produzca el reconocimiento social de nuestra profesión.

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